Una de las ventajas que está convirtiendo al mosaico de cemento en uno de los favoritos de las tendencias de interiorismo actuales, es su gran durabilidad. A diferencia de otros acabados, las baldosas de cemento duran prácticamente lo mismo que el resto del edificio, y tomando esto en cuenta, no sólo se trata de un acabado versátil y elegante, también está entre los más económicos cuando consideramos que es una inversión para toda la vida. 

Quizá te estés preguntando qué hace que el mosaico de cemento sea tan resistente, incluso más que los mosaicos de cerámica o la madera de buena calidad, y eso es justamente lo que te explicaremos hoy.

 

1.- Densidad insuperable

 

La competencia directa de los mosaicos hidráulicos es el mosaico de cerámica, y esto se debe principalmente a que ya instalados en ocasiones se parecen bastantes, pero eso es sólo lo que se ve a simple vista, porque a nivel estructural son sumamente diferentes. 

 

En primer lugar, el mosaico de cerámica se endurece en hornos, tiene una misma densidad que es relativamente frágil y depende casi por completo de la adherencia del pegazulejo al muro para no romperse. 

 

Por su parte, el mosaico hidráulico se fabrica baldosa por baldosa en prensas que comprimen al máximo posible materiales de alta resistencia, y luego pasa cerca de un mes fraguando en cámaras húmedas. El mosaico de cemento no nada más es más grueso, sino que tiene distintas densidades que le dan mejor amortiguación y es mucho más difícil que una pieza se rompa y que esta rotura se traspase a las piezas circundantes, como casi siempre ocurre en el caso de la cerámica. 

 

2.- Fabricación artesanal

Cada pieza de mosaico de cemento está hecha a mano y su calidad es comprobada por un experto artesano. A diferencia de otros recubrimientos que se producen por volumen, las piezas defectuosas de mosaico hidráulico no llegan a representar un problema de instalación sencillamente porque se descartan desde el taller siempre que no presentan la resistencia adecuada o hay variaciones no deseadas en el color o el diseño.

 

Cada baldosa hidraúlica consta de tres capas. La primera es la cara externa del mosaico y está hecha de una combinación de polvo de mármol, arena, cemento y pigmentos de alta resistencia. Luego viene una segunda capa de cemento gris y arena, y finalmente una última que es un poco más porosa debido a que contiene también cemento común. Esta combinación ha demostrado su efectividad y durabilidad durante décadas, tanto, que aún es posible ver azulejos de cemento perfectamente bien conservados en edificios realmente antiguos. 

 

3.- El mantenimiento adecuado lo hace lucir como nuevo

El mosaico de cemento luce como nuevo siempre y cuando se le dé el mantenimiento adecuado, que no es ni engorroso ni costoso. Simplemente hay que pulir delicadamente la superficie para eliminar la capa vieja de sellador, colocar una capa nueva y dejarlo secar por espacio de un día, y esto debe hacerse cada dos o tres años, dependiendo del uso. Debido a que la capa superficial del mosaico hidráulico es bastante gruesa, el dibujo ni se borra ni se ve afectado cuando es correctamente pulido. 

 

No importa si es en interiores, exteriores, muros, chimeneas, albercas, cocinas, baños o superficies de alto tráfico, el mosaico de cemento resiste a todas las condiciones extremas  y te asegura un acabado limpio y elegante durante muchos años. Eso sí, si eres entusiasta de cambiar tu decoración con frecuencia, te recomendamos que recurras a mosaico de colores neutros y diseños sencillos que se adapten bien a los cambios en las tendencias del interiorismo. Visita nuestro catálogo y llénate de inspiración.